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¿Qué pasó con la ley que prohibía las bolsas plásticas?

Hace unos años, cuando entró en vigencia la Ley 21.100, muchos pensamos que era el comienzo del fin de las bolsas plásticas en Chile. Y por un tiempo lo fue. Pero basta con dar una vuelta por el barrio para notar que esa promesa se ha ido diluyendo.


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El casero del barrio y la cajera del supermercado


Para escribir esta columna, hice un pequeño experimento: le pregunté a mi casero y a la cajera del supermercado qué pasa hoy con las bolsas.


Casero del barrio

—¿Tú sabes que no se pueden dar bolsas plásticas cuando vienen a comprar?

—Sí, claro —me dijo Marcelo—, pero la gente se enoja. No entiende que no tengamos una bolsa para pasarles.

—¿Y tú les recuerdas que deben traer la suya?

—Antes sí, cuando la ley recién salió. Pero ahora ya no. Antes era más serio, la gente traía su bolsa y hasta pedía disculpas si se le olvidaba. Ahora ya no.


Cajera del supermercado

—Hola, se me olvidó la bolsa, ¿me das una?

—No podemos darle, tiene que comprar una. Hay de plástico y de papel.

—¿Pero cómo venden de plástico si la ley lo prohíbe?

—Es que este parece que es otro plástico… uno bueno. No sé mucho más. Pero estas sí se pueden vender.


Dos conversaciones, dos espacios distintos. Pero ambas reflejan algo que venimos notando: la ley existe, pero su aplicación se ha ido diluyendo.


Una ley que se desinfla… y que necesita recordarse


Los emprendimientos para reutilizar bolsas comenzaron con fuerza, pero hoy son pocos.


Según cifras del Ministerio del Medio Ambiente, desde que se implementó la Ley 21.100 han dejado de circular más de 5 mil millones de bolsas plásticas en el comercio chileno【Fuente: MMA, 2022】.

Un avance real, sin duda. Pero todavía insuficiente. Las fiscalizaciones no alcanzan. Y lo más preocupante: tanto negocios como personas hemos empezado a normalizar el olvido.


¿Celebrar o reaccionar?


Más que celebrar, este es un buen momento para hacer memoria. Recordar que la ley sigue vigente. Que el cambio depende tanto de las grandes cadenas como del almacén de la esquina. Y también de cada uno de nosotros.


Volvamos a esa incomodidad inicial. A ese momento en que cargar con una bolsa de tela se convirtió en un acto consciente. No caigamos en la trampa de hacer negocio con quienes "se olvidaron". Que no haya bolsas. Que sea incómodo. Porque esa incomodidad nos ayuda a crear hábito.


Como cuando salimos y revisamos si llevamos las llaves o la billetera… que también revisemos si llevamos la bolsa.


¿Y qué pueden hacer los negocios hoy?


Si tienes un almacén, un local, un puesto en feria o cualquier punto de venta, esta ley no es solo una normativa más: es una oportunidad para educar, diferenciarte y sumar coherencia a tu negocio.


Aquí van algunas ideas simples para empezar hoy:

  1. Hazlo incómodo (a propósito): no tengas bolsas “por si acaso”. Esa pequeña incomodidad genera conciencia.

  2. Recuerda con claridad: pon un cartel visible que diga “No entregamos bolsas. Trae la tuya” y cuida que el mensaje sea amable pero firme.

  3. Reinventa la conversación: habla con tus clientes, explícales por qué no tienes bolsas y recuérdales que esto nos beneficia a todos.

  4. Ofrece alternativas conscientes: si vas a vender bolsas, que sean reutilizables de verdad y no solo “otro plástico”.

  5. Haz equipo con tu comunidad: conversa con otros negocios del barrio y pongan en común buenas prácticas.


Según el Ministerio del Medio Ambiente, “cada bolsa plástica tiene una vida útil de unos 15 minutos, pero puede tardar más de 400 años en degradarse”. Hoy, tu negocio puede ser parte de una solución más grande. No es solo por cumplir una ley. Es por coherencia, responsabilidad y futuro.

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