Existen muchas formas de clasificar los tipos o estilos de liderazgo, aquí les presento la que, en mi experiencia, me hace más sentido. Si bien en el contexto empresarial hay estilos más deseables que otros, en determinadas circunstancias, como una emergencia, todo puede cambiar, así que analizaremos los pro y contra de cada uno.
Laissez-Faire: Este estilo de liderazgo se basa en la confianza en la autonomía y habilidades de los miembros del equipo, por lo que hay una mínima interferencia del líder en las actividades que cada uno realiza. Es un estilo deseable para equipos pequeños de alto desempeño, pero es riesgoso si el líder pierde control sobre los resultados obtenidos. Tener confianza en los colaboradores y darles libertad de acción es bueno, siempre y cuando no se pierda el rumbo y se logren los objetivos en tiempo y forma. Es frecuente que este tipo de liderazgo oculte lo que en realidad es una falta de liderazgo.
Autocrático: En el liderazgo autocrático el líder toma las decisiones de manera independiente y ejerce un control total sobre el equipo. Se espera que los miembros del grupo sigan las directrices sin cuestionarlas. Este estilo puede ser eficiente en situaciones de emergencia, cuando se requiere una toma de decisiones rápida o cuando un equipo recién se está conformando, pero a la larga daña la motivación de los integrantes del equipo. También termina desgastando al líder, ya que todas las decisiones deben pasar por él. En este caso estaríamos hablando más de un jefe que de un líder, y su legitimidad suele estar dada por el cargo que ostenta y no por sus habilidades para guiar al grupo. En algunas ocasiones un líder autocrático puede ser admirado por su capacidad de gestión, pero no desarrolla habilidades y autonomía en el equipo.
Transaccional: Los líderes transaccionales establecen un intercambio claro entre ellos y los miembros del equipo. Se basa en recompensas y castigos para motivar el rendimiento. Estos líderes establecen expectativas claras, proporcionan estructura y recompensan el rendimiento conforme a los estándares predefinidos. Son los reyes de los KPI's y los bonos por cumplimiento de metas. Este tipo de liderazgo puede funcionar en equipos donde es difícil encontrar otra forma de motivar a las personas, como en tareas repetitivas, por ejemplo. No obstante, a la larga las personas terminan trabajando para cumplir las metas y no los objetivos de la organización, lo que puede terminar creando vicios que afectarán a la larga los resultados.
Democrático: El liderazgo democrático implica la participación activa de los miembros del equipo en la toma de decisiones. El líder fomenta la colaboración y busca opiniones y aportes de todos los integrantes. Este estilo puede mejorar la moral y la motivación al permitir que los miembros del equipo se sientan más involucrados en el proceso decisional. El riesgo de este tipo de liderazgo es que los procesos se pueden volver lentos y burocráticos, y el líder puede perder capacidad resolutiva. Es importante considerar que, en ocasiones, un buen líder debe tener la capacidad de tomar decisiones con las cuales el equipo puede no estar de acuerdo, basándose en su experiencia o en una visión que los demás integrantes no necesariamente poseen.
Transformacional: Los líderes transformacionales inspiran y motivan a sus seguidores para alcanzar metas más allá de las expectativas. Se centran en el desarrollo personal y profesional de los miembros del equipo, estimulando la creatividad, la innovación y el pensamiento crítico. Este estilo de liderazgo busca transformar tanto al líder como a los seguidores para lograr un cambio positivo y duradero. Este tipo de líderes son admirados no sólo por su capacidad de gestión o habilidades técnicas, sino que también por su capacidad de motivar a los miembros del equipo a lograr sus objetivos y desarrollarse profesionalmente. Este tipo de liderazgo requiere de que el líder conozca personalmente a sus colaboradores, y en los niveles más altos llega a actuar incluso como mentor. Los líderes transformacionales ven a las personas, son capaces de apoyarlas para que puedan desarrollarse de la mejor forma al interior de la organización e incluso detectan y promueven el desarrollo de nuevos líderes.
En mi experiencia, un líder transformacional es el que puede lograr los resultados más destacados, pero como vimos, es importante ser capaces de aplicar otros estilos de liderazgo cuando la situación lo amerita. La clave es conocerse uno mismo como líder, con sus fortalezas y debilidades, conocer a las personas que conforman el equipo y entender el contexto en el cual se está ejerciendo el liderazgo.
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