¿Tu propuesta de valor enamora... o confunde?
- Alejandra Ganter
- 11 jul
- 2 Min. de lectura
Todos hemos escuchado lo importante que es tener una buena propuesta de valor. Y sí, en teoría lo tenemos claro. Pero cuando nos toca explicarle a alguien qué hace diferente y valioso nuestro negocio, ahí empiezan los enredos. ¿Te ha pasado?

Piensa en esto: Nike no vende zapatillas. Vende una idea poderosa: “Todos somos atletas”. Y lo resume en tres palabras que todos conocemos: Just do it. Esa claridad conecta. Inspira. Y vende.
Cuando la propuesta no conecta, el negocio se frena
Una propuesta de valor poco clara o genérica puede estar saboteando tus esfuerzos sin que te des cuenta. No importa si tu producto es bueno o si tienes años de experiencia: si no logras explicar por qué lo que haces importa y a quién, es difícil que el negocio crezca.
Muchos emprendimientos fracasan por no lograr una conexión real con las necesidades del cliente. Y muchas veces el problema no está en el producto... sino en cómo lo estás presentando.
Lo vemos todo el tiempo: pymes que tienen algo valioso entre manos, pero su mensaje no engancha. No enamora. No diferencia.
Rediseña desde el corazón de tu modelo de negocios
La buena noticia es que la propuesta de valor no es algo que tengas que inventar desde cero. Suele emerger cuando analizas en profundidad tu modelo de negocios: quién es realmente tu cliente ideal, qué problema le resuelves, cómo lo ayudas y de qué manera lo comunicas.
Una mirada externa también hace la diferencia. Conversar con alguien que no está atrapado en el día a día de tu empresa permite destrabar ideas y ordenar el panorama con más objetividad.
Compararte con la competencia también es un camino para descubrir esa propuesta de valor que te hace único. ¿Qué ofreces tú que tu competencia no? ¿Por qué tu cliente te elige a ti y no a la competencia? Si tu respuesta es el precio, estás en un problema... Dale una vuelta.
4 pasos para rediseñar tu propuesta de valor
Revisa a quién estás sirviendo realmente
No “todos”, sino ese cliente ideal que más se beneficia con lo que ofreces.
Identifica el dolor específico que resuelves
No hables de características. Habla de transformación.
Valida si tu mensaje se entiende
Pregunta a personas externas si comprenden, en una frase, qué haces y por qué importa.
Conecta tu propuesta con tu modelo de negocio completo
Producto, precio, canales, comunicación: todo debe estar alineado.
Lo que pasa cuando lo ves con otros ojos
Cuando trabajas tu modelo de negocios en profundidad, todo empieza a calzar: el cliente ideal se aclara, lo que ofreces se ordena… y la propuesta de valor simplemente fluye. Ese es el corazón de nuestra consultoría especializada en modelo de negocios.
¿Sientes que tu mensaje no está logrando enganchar? Revísalo. Valídalo. Y si necesitas apoyo, agenda una sesión de enfoque o una consultoría completa.
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