¿Cómo salir de la bicicleta financiera en tu negocio?
- Alejandra Ganter
- 15 abr
- 2 Min. de lectura
En muchas pequeñas empresas, el esfuerzo diario no siempre se traduce en estabilidad financiera. Se vende, se trabaja más que nunca… pero el dinero no alcanza. Esa sensación de correr sin avanzar tiene nombre: estar en la bicicleta financiera.

Este fenómeno no siempre tiene que ver con bajos ingresos. A veces, el problema está en la gestión: falta de orden, decisiones impulsivas o simplemente, no mirar los números con la frecuencia necesaria.
¿Qué es la bicicleta financiera?
Es un ciclo en el que los emprendedores deben generar constantemente ingresos para cubrir gastos inmediatos, sin lograr acumular un colchón o proyectar a largo plazo. En este estado, cualquier imprevisto puede desestabilizar completamente el negocio.
Una señal clara de que estás en la bicicleta es cuando usas lo que entra de un cliente o proyecto para financiar otro. Esta práctica es más común de lo que parece, pero altamente riesgosa: si uno de esos ingresos falla, el efecto dominó puede ser complejo de contener.
¿Por qué sucede?
Una de las principales causas de la bicicleta financiera es la falta de claridad en la gestión del dinero. Muchos emprendedores no separan las finanzas personales de las del negocio, lo que dificulta saber con precisión cuánto se gana o se gasta realmente. A esto se suma la ausencia de un flujo de caja actualizado y la costumbre de tomar decisiones importantes basadas en la intuición o la urgencia, en lugar de datos concretos.
Sin un presupuesto mensual claro que permita anticipar ingresos y egresos, es fácil perder el control. Además, es frecuente que se financien nuevos proyectos con recursos aún no consolidados, generando una cadena de dependencias que vuelve frágil la operación del negocio.
Claves para bajarte de la bicicleta financiera
Salir de este ciclo es posible. No se trata de saber contabilidad, sino de tomar el control con acciones simples y consistentes.
Aquí te dejamos algunos pasos para comenzar:
Separa tus cuentas: abre una cuenta bancaria exclusiva para tu negocio.
Haz seguimiento semanal: dedica al menos 30 minutos a revisar ingresos, egresos y compromisos por pagar.
Ordena tus costos fijos y variables: y evalúa dónde puedes ajustar sin perder valor.
Establece un sueldo para ti: aunque sea simbólico al inicio, te ayudará a no mezclar gastos.
Proyecta al menos 3 meses hacia adelante: para anticiparte y tomar decisiones con tiempo.
“El dinero no desaparece: se mueve. El desafío es entender cómo y tomar el control de esa dinámica.”
¿Por dónde partir?
Una buena forma de comenzar es hacer una pausa estratégica para mirar tu negocio desde fuera. En nuestra consultoría “Bájate de la bicicleta financiera”, te ayudamos a identificar los nudos, entender tus números y diseñar un plan para avanzar con claridad.
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